viernes, 17 de agosto de 2007

La Muñeca de Sal


La muñeca de sal recorrió miles
de kilómetros de tierra firme,
hasta que, por fin, llegó al mar.

Quedó fascinada por aquella móvil
y extraña masa, totalmente distinta
de cuanto había visto hasta entonces.

"¿Quién eres tú?", le preguntó
al mar la muñeca de sal.


Con una sonrisa, el mar le respondió:
"Entra y compruébalo tú misma".

Y la muñeca se metió en el mar.

Pero, a medida que se adentraba en él,
iba disolviéndose, hasta que
apenas quedó nada de ella.

Antes de que se disolviera el último pedazo,
la muñeca exclamó asombrada:
"¡Ahora ya sé quién soy!".
Anthony de Mello

2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Muy bello poema, ojala que no todos tengamos que recorrer un camino tan largo, para saber quiénes somos.
Para saberlo la muñeca se tuvo que disolver en la inmensidad. ¿Debemos hacer lo mismo?. Buena pregunta.

Xoray dijo...

Gracias por tu comment, Ulysses. A veces lo difícil no es el largo camino que hay que recorrer, personalmente, para mí es más difícil perder el miedo a conocerme, a aceptar lo que descubro de mi. De todas formas, el camino es difícil ^_^