Bueno, de vuelta de todo. Vuelta a la ciudad, atrás queda el pueblo, y las noches silenciosas (sólo rotas por el ladrido de algún perro, o algún gato con ganas de juerga), y dormir con el murmullo de los árboles, y al olor a campo mojado cuando llueve (que el alquitrán no huele igual...), y la comida de mamá, ...
Jo, por un lado tenía muchas ganas de volver, pero por otro, estaba muy a gusto en casita...
En fin, hablo como si no fuera a volver, y seguro que en un par de semanas (si no al final de ésta) estoy allí. Que todavía me quedan por traer muchísimas cosas.
Ésta es la semana de adaptación, al nuevo piso, a la nueva situación... ¡Ay, qué bien vivir sin mirones! La verdad es que mi hermana y yo lo notamos, y mucho: la tranquilidad (que no teníamos al compartir piso), la libertad, vivir sin moscas cojoneras, es que es mucho, es para pasarlo. Cuanto oy a leer ahora...
Ahora que digo leer, esta mañana he tenido que ir al colegio. He ordenado la biblioteca. Todita enterita. No es que sea una biblioteca gigante, tiene unos 2000 volúmenes, pero hay muchas colecciones y muchos libros que merecen la pena, y no se usan. La biblioteca está todo el curso cerrada. He preguntado al director que si podía hacer algo para animar el préstamo de libros con los niños, y me ha dicho que "¡Nah, déjalo... Si quieren algún libro o algo, se lo piden al tutor, y ya está!"
Si señor, bonita forma de fomentar la lectura, joder, es que hay cosas que claman al cielo. Si encima yo lo haría por amor al arte, sin pedir nada a cambio... Y encima te tienes que callar.
Bueno, voy a ir cortando, que el tiempo apremia y me cierran esto (hoy actualizo desde un cíber).
¡Ah, por cierto!, me he cortado el pelo, ahora tengo flequillo, un flequillo con cierto aire Ramone ^_^
(Ojalá no llueva en las próximas semanas!!)